Hoy os queremos mencionar un poco que en el corazón de Marruecos, entre áridos desiertos y bajo un sol abrasador, crece un árbol que esconde los secretos mejor guardados de los bereberes. Ahora su elixir milagroso también está a tu alcance, el aceite de Argán.

Se suele conocer como “el oro líquido de Marruecos”, pero sus aplicaciones naturales son incluso más prodigiosas que las del metal amarillo. El Argán es una planta endémica de los semidesiertos calcáreos del sudoeste de Marruecos, el norte del Sáhara Occidental y el oeste de Argelia, donde ha luchado por sobrevivir. Utilizando como alimento, aderezo, cosmético, medicina, antinflamatorio, afrodisíaco, forraje para animales, petróleo, leña, combustible… sus usos casi no tienen límite.

El cosmético de la antigüedad: Aunque el aceite de argán está de moda, este se considera la base de la cultura bereber. Las mujeres bereberes son las encargadas de extraer el aceite para su comercialización en uso tradicional como cosméticos para la piel, uñas o el cabello, incluso para necesidades alimentarias.

Panacea natural: Las propiedades han sido confirmadas por varios estudios científicos
de sus propiedades que favorecen la regeneración celular. Es de gran utilidad para el fortalecimiento de las uñas, el cuidado del cuero cabelludo, elimina la caspa, ayuda a combatir los estragos de la edad y del clima, hidrata, reduce las arrugas y otras marcas en la piel, incluso las estrías. Es buen remedio para las quemaduras, tiene propiedades antioxidantes, es digestivo, afrodisíaco, previene la degeneración de los músculos, ayuda a reducir el colesterol, útil contra el reúma e incluso puede llegar a ser anticancerígeno.

Una semilla con interés internacional: Un fruto con propiedades tan milagrosas podría ser objeto de codicias ajenas. Debido a la creciente apreciación que está cosechando en todo el mundo y por su, cada vez más, alto valor comercial, se ha garantizado su protección y conservación.

Considerando el árbol como una reliquia de tiempos pasados adaptada a los tiempos modernos, la UNESCO declaró en 1998 Reserva de la Biosfera a más de 2.500.000 de hectáreas al sudoeste de Marruecos, donde crece el Argán.

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