Ganar salud con los cuatro elementos, sí, lo que lees, el contacto con la tierra, el aire, el agua y el sol favorece nuestra regeneración.
Como en ninguna otra estación del año, en verano contactamos con el cuerpo y la naturaleza más que nuca. Los baños siempre moderados de sol, tomados por supuesto con la protección adecuada, nos hace sentir libres, a la vez que nos ayuda a producir vitaminas D, que contribuyen a absorber el calcio.
El “masaje” del agua del mar o del río, depende del caso, favorece la salud vascular y tonifica enormemente el sistema nervioso. Además, en el entorno marino, la piel absorbe oligoelementos, como el sodio, el potasio que puede ayudar a los músculos para mantener su control sobre el cuerpo, el magnesio que puede prevenir afecciones de la piel como: acné, eccema, psoriasis, dermitis, pruritos, vitíligos, verrugas, papilomas o el yodo capaz de mantener en buen estado por ejemplo las uñas, el pelo, la piel y los dientes.
Al respirar aire puro, podemos contactar con la respiración consciente, haciéndola más lenta y acompasada, llenándonos de vida. Respirar es sinónimo de vivir. De hecho podemos estar días sin beber nada y semanas sin apenas comer nada… pero no más de unos minutos sin respirar. En muchas ocasiones ni nos damos cuenta, pero debemos de prestar mucha más atención de cómo respiramos y que respiramos, ya que sin aire puro no hay salud. Se nota si el aire es puro, cuando podemos pensar con claridad o cuando podemos dormir bien profundamente.
Y el último, y no menos importantes es el contacto de los pies descalzos en la arena de la playa, la tierra, o la hierba, pues nos hace sentir arraigados, a la vez que activa la circulación sanguínea y estimula las zonas reflejas de los pies. Más de una vez se habrás sentido esa sensación de libertad al ir descalzo en alguno de estos terrenos, pues la vida que muchos llevan de trabajo ajetreado, de oficinas con horarios interminables, entrenamientos, etc., hace que no apreciemos bien y disfrutemos de lo maravilloso que es el contacto de nuestra madre tierra con nosotros.
La felicidad radica, ante todo, en la salud.
Ganar salud,