Cuatro factores que predicen el divorcio. Malos hábitos como la crítica, el desprecio, la actitud defensiva y la evasión son los mayores enemigos del amor, hasta el punto de predecir el final de una relación.
Para revertir esta situación, conviene practicar la reparación, la reconciliación y recurrir al gran tesoro que yace en el fondo de toda pareja: la amistad.
Cuando una pareja en crisis acude a terapia, los psicólogos suelen acompañarla en su proceso para cambiar ciertos elementos que distorsionan la convivencia y, a su vez, para adquirir nuevos hábitos que mejoren la relación. En este sentido, existen cuatro actitudes muy significativas en la predicción del fracaso relacional de una pareja, las actitudes crítica, despreciativa, defensiva y evasiva.
En cualquier relación, sobre todo en las de mayor proximidad y confianza, surgen casi inevitablemente diferencias, quejas y reproches. Sin embargo, existe una gran diferencia entre lo que es una queja y una crítica. Mientas que la queja se basa en la conducta, una crítica va más allá y se centra en el ataque a la persona.
No es lo mismo decir, por ejemplo: “Tu holgazanería no tiene límites… Ya sabía yo que fallarías en tu compromiso de recoger la cocina, porque es más cómodo tumbarse en el sofá”, que decir: “Llevo toda la semana recogiendo la cocina porque tú no la haces a pesar de que te comprometiste”. No tiene el mismo efecto decir: “Estoy harta de que des prioridad a tus amigos que a mí”, que esto: “Quiero que me online casino consultes antes de invitar a tus amigos a casa”
Es muy importante siempre prestar atención a las palabras. El hermano gemelo de la crítica es el desprecio. El sarcasmo, el cinismo, la burla, el humor negro… son las diferentes formas en que se manifiesta el desprecio, que envenena las relaciones y suscita el disgusto en el otro.
Sin embargo, la habilidad que mejor predice la felicidad y sostenibilidad de una relación es la capacidad de ejercer intentos de desagravio, es decir, los esfuerzos consientes que realiza la pareja por mitigar la tensión durante una discusión usando expresiones como: “Vamos a dejarlo un momento”, “Espera, necesito calmarme un poco” o gestos como una sonrisa bobalicona o sacar la lengua, rebajan la tensión conflictiva neutralizando el efecto dañino de la crítica.
La capacidad de ejercer intentos de desagravio es la habilidad que mejor predice si una pareja puede gestionar sus diferencias y ser feliz.
Proteger el amor,