En el imperio romano, hombres y mujeres se maquillaban, peinaban y depilaban por igual. Asimismo, popularizaron el uso de lo que hoy llamamos “hidroterapia”; curiosamente, hacia el siglo IV había en Roma 900 baños termales.
El agua es fuente de vida y por eso no es de extrañar que sea una de las terapias más antiguas.
Para aprovechar los beneficios del agua, basta un simple baño, en el que empezará a sentirse relajado cuando se sumerja en ella.
Además, el masaje que brinda el agua en todas las direcciones es la solución natural frente al estrés, la ansiedad y el insomnio, además de mejorar nuestro estado general de salud, tanto físico, como mental. Así que les dejamos 2 consejos para seguir:
Baño:
Es beneficioso para contrarrestar los efectos del estrés. Se puede colocar en la bañera una bolsita de tela con hojas de manzanilla, valeriana y lavanda. Además puedes agregar aceites esenciales para el relax. Se puede también complementar con velas perfumadas del mismo aroma, luz tenue y música relajante. El mejor momento para darse el baño es por la noche; ya que coincide con la conciliación de un sueño profundo.
Después del baño:
Las mujeres romanas se daban masajes en el rostro (puede realizarlo con una crema nutritiva). Finalmente, pasaban por el cuello y los hombros aceites aromáticos y lavaban sus cuerpos con agua de rosas.
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Esperamos que disfruten de estos grandes consejos. Gracias y que tengo un feliz fin de semana.
Romanos: Tratamientos con Agua,